1. Hacer una mezcla de 4 partes de arena, con 4 de perlita y 1 de compost (4:4:1) Es una forma de asegurarnos que el medio tiene poco compost para que sea limitante y fuerza la micorriza. Si se va a preparar mucha cantidad, se podría utilizar una hormigonera. En caso contrario se coloca un plástico y se hace la mezcla volteando varias veces con pala para que sea lo más homogénea posible.

2. Preparamos las macetas, o bolsas, colocando en su interior papel de filtro (es un papel poroso y deja pasar el agua, tarda bastante en romperse por la humedad). De esta manera, cuando echemos la mezcla de sustrato no se caerá por los agujeros.

3. Llenar la maceta o bolsa con el sustrato preparado hasta 3⁄4 de su volumen.

6. Humedecemos las macetas con agua suficiente para favorecer la germinación de nuestras semillas. Las dos primeras semanas, revisaremos diariamente que hay humedad y que se produce la germinación. Una vez germinadas, regar semanalmente y si es necesario aumentar la frecuencia

7. Cuando el césped tome cierta altura, lo cortaremos para forzar a las plantas a seguir desarrollándose y precisar más fósforo, que se lo aportará el hongo. Así, forzamos la micorrización.